Cuando el cielo se rìe de las sombras y dibuja garabatos de colores para entretener a los ojos curiosos que lo observan, me alegra estar viva.
Cada ocaso toma una forma diferente: algunas veces es una pluma, otras un ave, un pez, una P, un papel, una estrella, una vela...
Lo extraño es que tome la forma que escoja, siempre me recuerda a tì. Siempre tiene el brillo de tus ojos, siempre tiene el calor de tus manos.
Cada ocaso rebelde es el susurro de tu parpadeo. Tal vez por eso me alegre estar viva, y disfrute el instante en que el firmamento se transforma en la paleta de un artista... porque en cada ocaso te descubro... tan cambiante e inestable como mi piel, tan presente como ausente... tan hermoso como de costumbre y màs aùn.
- Hoy nos volveremos a encontrar, en MI ocaso, TU ocaso, el ocaso que nos mantiene VIVOS... y no nos deja caer en el ahuecado instinto sin razòn -
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