miércoles, abril 08, 2009

Como las gotas que se desprenden de la ventana en una tarde de lluvia, caen de mí los pensamientos.
Aprender a estar solos y encontrar en el silencio la belleza de nuestra propia existencia.
Ausentarnos del entorno, sumergirnos en nuestro propio capullo.
Hoy me encuentro libre; de presencias, de ausencias, de compañías físicas y de afectos. Hoy, ahora... soy un punto que se expande sobre una tela infinita, y mancha con su sangre los pinceles de un artista imaginario.
Miro mis manos; son pequeñas abstracciones que estallan con un sonido ensordecedor, que estallan y se hacen inmensas... y ahora nadie puede alcanzarlas para tomarlas.
Acaricio mis pies, los veo semejantes, idénticos... ¿pero a qué? No puedo descubrirlo. Me resultan increíblemente idénticos ¿a qué? ¿a qué?... Sí, a mis huellas. Es que alguna vez yo tambié miré hacia atrás y me enceguecí con las luces del pasado.
Mi cuerpo cambia de forma: soy una mariposa, son una flor, una nube, un brote de luz que se cuela entre la espesa noche... cambia de forma y solo una mirada lo nota... solo alguien va a ver la metamorfosis de la mariposa. Porque cuando cae el sol, la luna está más selectiva y no embellece a todos con su encanto.
Pero todo ese embrollo será para el alba. Ahora estoy pintando sobre mi cuerpo, la brisa. La pinto sobre el mar y puedo sentir como mis extremidades se cubren con piel de gallina, y se sonrojan despacio.
Escucho los susurros de las olas, me traen nombres, y yo recuerdo... Y yo susurro, y el mar me susurra, y entre los dos armamos una poesìa que armónicamente combina silencios.
Me recuesto con la mente sobre la tierra, y dejo que mi corazón se nutra con el suelo. Lo dejo esparcirse sobre mis brazos, escaparse de mis manos. Así siento el latido de la tierra, y de los que bajo ella descanzan. Así me siento primitiva, con el instinto animal como coordenada, con mi cuerpo como único medio para vivir. Así siento, sin más. Desnuda de cuerpo y alma, no tengo penas que me oscurezcan, ni voces que griten destruyendo mi paz.
Solo me encontraré en un par de ojos púrpura, cuando sea mariposa, y en el que logre volar con mis alas.