viernes, octubre 27, 2006


Me cuesta creer que alguna persona pueda hacer oídos sordos a esta gran realidad social.
¡ Tan fácil es JUZGAR sin pensar que nosotros podríamos estar del otro lado!
El dolor de una puerta que se cierra en sus narices cuando piden algo para que su pancita recupere la calma...
O cuando tan solo, nos piden el poquito de gaseosa que resta en nuestra botella..
¡NO!, ¡NO TENGO!, ¡NO ME QUEDA!, tanta hipocrecía en tan solo tres palabras, sabiendo que, al llegar a nuestro hogar, siempre va a haber un plato caliente esperándonos y una botella entera de bebida.
¿ Qué nos condujo a los argentinos a esta ceguedad, a esta negación a una realidad que nos afecta a todos? ¿ qué nos condujo a creer normal que un nene de tres años esté pidiendo en la calle o haciendo malabares en un semáforo de una transitada avenida?
¿ Por qué damos la espalda con tanta dureza?
¿Por qué nos olvidamos que detrás de esas palabras que piden ayuda, hay un ser humano como nosotros?
No se necesita ser millonario para ayudar, tan solo ganas y predisposición, puede que nuestra colaboración sea tan solo unaa gota en el océano, pero sin nosotros, al océano le faltaría una gota

No hay comentarios.: