viernes, noviembre 07, 2008


Resurgir.
Escribir la historia de cada cuerpo afianzando las raìces a los escombros del pasado, y arraigando unas nuevas a la belleza del presente.
Respirar el aroma febril de los tilos, y sentir que aún estamos vivos.
En mis venas llevo la tinta que no me dejará conformar con un beso sin suspiro ni con una estrella sin contraste. En mis venas, llevo la pluma que me permite llamar en silencio a la luna, esas noches en que me siento sola.
Llevo las alas pintadas con acuarelas de colores fuertes y brillantes, anudadas al lomo, como si fuera un burro de carga que aprieta sus dientes para llevar una maleta. Llevo mi libertad a cuestas y sudo alegría por ello.
Mi alma es libre, no pertenece siquiera al viento... ni a la brisa, ni al sol, ni a la luna... Mi alma siquiera me pertenece a mí.
Quién quiera acompañarme por la vida, jamás debe anhelar cazarla. Ella es débil como un colibrí, frágil como una copa de cristal... pero valiente y arremetedora si la quieren encarcelar. Mis alas y mi alma, son mi más bella pintura... mi poema más hermoso. Son ellas las musas inspiradoras de mis versos... Son ellas el faro pequeño que no me deja caer en los precipios desconocidos, son esas sogas que sujetan mi cadera y me toman con fuerza... para no dejarme ir detrás de cualquier duende fabulador.
Son ellas... y quien quiera, jamás cazarla.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La vida es el mejor regalo que Dios nos ha dado. Aprendamos a apreciarlo, a disfrutar de él mientras dure.

Besitos.

Anónimo dijo...

la vida y su maravillosa ofrma de hacernos sentir vivos, abrazos amiguita

Ericka López dijo...

Felicidades!!! Me encantan tus escritos.