lunes, octubre 08, 2007

16 segundos y uno màs... [Lucas Rolòn- Belèn Frediani]

" El día que la olas se enojaron con las gaviotas y se quedaron quietas,
el mar perdió el compás, ese vals que bailaban las algas, algunos peces y hasta el mas desconocido fondo dejo de ser bailado.
Cuando los floreros echaron a los claveles a alaridos, para solo quedar vacíos sin dar explicación ni tener un reemplazo en mente, también dejaba de bailar el romance de la primavera y algún poeta moría en algún camino.
Cuando todo esto paso yo estaba dormido, todos estábamos dormidos, a mi me lo contó un amigo que decidió no dormir nunca mas, porque dice que con los ojos cerrados no se ve muy bien, yo no estoy de a cuerdo pero me gana saber que no sabría que eso paso si no fuese por eso que me pone en desacuerdo con el , el no duerme y aprende , davinci no dormía ,estimo que no se trata de simular ser davinci pero el aprende , solo es .
También el día que el muelle de santa teresita se estremeció con el paso de los dos que mas se amaban por sus columnas, cuentan sus cartas que el cielo adquirió un color que nunca antes se había visto, el dice que era color amor y que nunca aparece cuando hay guerras , así que en Irak no lo pueden ver, aclara.
El mar ilustraba su melancolía esa noche, pero de repente con el movimiento de esos dos cuerpos que emanaban amor como nada, asegura que el mar tomo carácter de promesa , que el ruido de la actividad marítima era similar al de mil besos deslizados en la mejor de las pieles , todo acompañado de violines y chelos, es complicado entenderlo o imaginarlo , pero para el nada es tan complicado .queda en nosotros los que leemos sus cartas.
También asegura que de no dormir y prestar atención a casi todo , descubrió que la dinámica de las bocas que mienten es diferente a la de las sinceras y que el puede darse cuenta , es como un perfume barato ,describe ,es algo que adorna pero no dura, se jacta de ser una constante pero tiene menos continuidad que un eclipse.
Los ojos mas dotados deben ver solo la belleza dijo una tarde, pero solo haciendo referencia a lo poético. Esa reflexión fue para el choque conmigo pero volvió a ganarme.
Hace algún tiempo le pedí que ya no me complicara la existencia con su bagaje siempre activo de razonamientos imprevistos y seudo efímeros dependiendo de las circunstancias y le reclame que me de explicaciones, sobre mi mal pasar, le pregunte como era posible que el siga dictándome enseñanzas que me tajaban de a poco el alma, el solo se sonrió y me acaricio la mollera , a los 16 segundos me dijo que el silencio colocado en el contexto justo, es una de las mejores respuestas.
Todas las noches escribe con mis manos sus bastos artilegios, canalizando las marcas que el sol y la luna dejaron en mi con una agrupación correctamente combinada de letras y puntos llamada abecedario y todo pasa tan rápido y yo me quedo dormido pero el sigue aprendiendo, sin dormir, sin sentir, solo aprendiendo. "


Querido autor, yo tambièn dormìa cuando todo eso sucediò y un Hada pequeña me susurrò al oìdo, que esa noche en que el mar no pudo enamorar a la arena, la estrella màs brillante dejò de encandilar. Mi tristeza fue muy grande, porque la muerte de una estrella siempre deja un vacìo incalculable en el pecho de aquellos fanàticos que todas las noches salimos a su encuentro. Me ha confesado tambièn, que en el mismìsimo momento en que el mar se convirtiò en testigo de dos seres alados que manifestaban su amor, ella desplegò un polvito màgico para que todos los seres invisibles que se encantaban con la escena pudieran sentir el aroma de lo maravilloso. Y ese estrella oscura que masticaba con furia el desagrado de lo sencillo volviò a enceguecer con pasiòn.
Esa bella Hada me comentò tambièn, que en una oportunidad, un unicornio habìa roto su cuerno intentando rescatar a un hombre de su necedad y ante su intento frustrado, callò sobre un montìculo de fardo y lo rompiò. Ella lo viò y volò a su encuentro y recuerda con cierta amargura la respuesta de aquel ser: "Los hombres se empeñan en el dolor y derraman làgrimas que colmarìan un manantial, si pudieran arraigarse a la belleza de las cosas simples, y aprendieran a sembrar amor en tierras fèrtiles... tan grande serìa su alegrìa".
En ese momento, repetì con ganas: ¿Pero Hada, dònde estaba yo que me he perdido tantas enseñanzas? pues estaba admirada ya que no creìa que tantos actos sucedieran en las escasas horas en que yo descansaba

y ella, con simplez me respondiò: Despierta muchacha, esperando aprender...


Con mucha alegrìa, dedico este pequeño segmento que continùa su redacciòn, a mi querido amigo Lucas a quien quiero con sinceridad.

-Marìa Belèn -

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