viernes, febrero 01, 2008


Tan llena mi noche y a la vez tan vacìa; tantas estrellas la habitan y sin embargo, ninguna brilla con la intensidad necesaria para deslumbrar a estos ojos descreìdos. Tanto tiempo que se hace polvo cuando las piedras golpean la superficie del rìo... tantos besos que se marchitan sin poder ser.
Hay que aprender a frenar antes de caer al precipicio.
Se vienen tiempos difìciles. Dicen, que pronto el sol dejarà de salir... y un àngel distraìdo se llevarà un pimpollo pequeño. No hay retorno en ese camino... no existe remedio alguno a tanto espanto. Esa estrellita brillarà en mi cielo, brillarà como ninguna otra... y desde allì ha de cuidarme... como yo la he cuidado estos años. Y si el sol deja de salir... mi noche se volverà màs oscura aùn. (¿es posible?). Tal vez, en la oscuridad impenetrable de los desvarìos... pierda la voz, mi pluma, mi pincel... tal vez pierda mi musa inspiradora, y hasta quizà pierda las ganas de amar. No son vanas mis palabras...hay que aprender a frenar antes de caer al precipicio.
[Tomo un respiro... y doy lugar a un mate.]
- Encontrar una nueva manera de pararse en la vida -
Deshacerse de todo aquello que no puede hacernos feliz, basta de promesas inconclusas... ir a lo concreto. La ciudad se rìe en nuestras caras y un cuarto de hotel avienta sus sàbanas despolijas. No, ya no. No hay tiempo para amores sin porvernir... Esas sonrisas superfluas no encantan a mi alma... ya no existen caricias càlidas en los romances de pocas horas. Romances que solo ofrecer besos que no son màs que nùmeros... 1,2,3... que no ascienda la cuenta... ya no me produce placer.
[Otro mate amargo, ¿de dònde creen que sale la fuerza?]
Aprender a pelear sola - A hacerme fuerte con mis propias garras.
¿Duele el pecho? Lo lamento... hay que luchar sin usar a nadie de bastòn. Debemos aprender a pegar los pies a esta tierra y arraigarnos con firmeza... para resistir el viento, para resistir las olas de un mar furioso... para resistir la marea. Nadie va a estar a nuestro lado para siempre... y cuando desaparezca ¿què? ¿vamos a hecharnos a llorar?. No... hay que enfrentarse a la realidad valièndose de las armas propias. ¿Acaso el cielo nos va a salvar? ¡JA!.
Esa risa sarcàstica me ayuda a pensar que esta epopeya no es màs que una escena barata de tele-teatro... ¿Bueno, ya? De ser asì, la funciòn podrìa acabar... no empieza a gustarme esto de andar derramando làgrimas por los rincones.
Duele verte - duele verla - duele verlo -
Tres dolores de distinta ìndole. Una poesìa - una pintura - una caricia... Un trovador sonando de fondo y un apretòn de manos imaginario. Un mate - otro mate - otro màs... Otra canciòn que suena, siempre del mismo autor y unas ganas de arrancarme el corazòn que da calambres.
¿Y què màs?

1 comentario:

Verónica E. Díaz M. dijo...

Querida Muchachita: En el camino siempre van a haber trampas... Pero como digo yo y decimos en mi pais: "no hay que darle gusto al Diablo"

Un abrazo