domingo, febrero 24, 2008



Nace el cielo en vìsperas otoñales, resiste la risa a las embestidas de la vida y de a poco vuelve a salir el sol. - Introduzco tu risa en mi piel asì como se inserta un punto y aparte al final de algùn viaje en la vida -
Las luces juegan con las pupilas... las hacen enormes y pequeñas a la vez, las hacen fuertes y dèbiles. Las luces, las luces.
¿Y si hablo de sombras?. AYER.
A veces sientìa a las sombras reir, y las observaba con detenimiento... las sombras son cìnicas y desquisiadas, las sombras son poetas de la pena y del dolor, poetas que juegan a engañar corazones con el garabato descreìdo de sus plumas. En algunas ocaciones me invitaban a jugar a las carcajadas con ellas
- ¿y por què no? -
mi cuerpo accedìa, y reìamos... como si fuèramos hienas de la batucada.
Pero ahora nace el cielo a los pies de la luna - Nace la cultura de la sonrisa sin restricciones.
Puedo recorrer con tus pies los pasos que nunca dì, desplegar un mapa de imaginaciòn e inventar caminos, asì como invento palabras para explicarte lo que me hacès sentir. Las invento sin pensar la carencia de sentido y la incoherencia entre ellas... sin detenerme en el color de su acento ni en la profundidad de su hiato. Las invento porque ninguna de las ya existentes demuestran el estado en el que me encuentro: ¿extasiada de felicidad? tal vez. Ahora se rìe la luna ... y me rìo yo, porque por fin vuelve a salir el sol, y aunque existen manos que quieren ocultarlo y dejarnos en penumbras... me rìo, porque cierro los ojos y aùn asì, sin ver...confìo.
- Confìo en tu sonrisa, en la silueta de tus labios, creo en tus abrazos y en lo lindo de mirarte. Te quiero asì, y me hacès bien y me hacès tan bien-
Te descubro sereno, entre los pliegues de mi boca que esconden miles de palabras que aùn no quieren salir, te descubro entre mi piel, decorando con tu perfume los rincones... te descubro asì, nàufrago de un sueño que nace al despertar - aunque aùn estemos dormidos - peregrino de los anhelos a cumplir...
Te descubro asì... entre mis pàrpados dormidos y tus manos acariciàndome.. te descubro...

domingo, febrero 17, 2008



La inexistencia de una explicación: Sucede porque sì, porque la naturaleza a veces no es tan sabia y porque el dios de los que creen no es tan justo.

Las palabras de la gente que no se da cuenta que me repugna tanto su ignorancia como el presente; “Es tan bueno que dios lo quiere cerquita de él”. Un momento, ¿QUÈ ME ESTÀS DICIENDO?. Mi primo es mìo y lo quiero acá, junto a mí... riendo, jugando, abrazándome, llenando mi piel con sus besos tibios.
A mi no me importa ni dios, ni buda, ni jah... y hasta creo que no me importa el sol; nadie siente este dolor que por las noches me hace llorar, nadie tiene este nudo en el pecho desde que sale el sol hasta que el mismo se esconde, ni siente las gotas como clavos caer sobre la piel y agujerearla hasta que sangra con desesperación. No viven esta agonía lenta y diaria, ese temor a verlo... esa sensación de que me arrancan la vida de a poco.
Llora cada parte de mi ser, cada hueso, cada uña, cada pedacito de carne... la angustia me come la sien. NADIE, NADIE, NADIE tiene idea què se siente. Nadie entiende, nadie escucha los pasos, nadie huele el perfume de la parca. Durante el dìa me acompañan voces, sonrisas, palabras de aliento y abrazos que reconfortan pero a la noche me espera mi conciencia, para dar batalla con la mente y su recuerdo, y no puedo escapar. No existe salida al enemigo de adentro. Y es ahì, que empiezo a sentirme pequeña como un ratòn y le temo al minúsculo àngulo que viste una sombra, percibo un sonido extraño y temo lo peor.
Con los golpes aprendo que resistir sin hundirse no es sencillo, que estoy frente a un abismo y puedo saltar, o caer. Los espejismos de colores en algún momento pierden su encanto y me asusto de la soledad.
Me acompañan Silvio e Ismael, me acompañan algunos mortales que elegí de amigos (y no me equivoquè, elegí a los mejores) pero nadie, ni ellos podrán comprenderlo. Hoy me siento vacìa, hoy estoy vacìa. Soy un corazón que no late, un libro sin sentido, un poema sin autor... hoy no soy nada...Hoy no encuentro ni mi propia sombra. No aguanto el dolor, no soporto las làgrimas, me aprieta el pecho.. desearìa arrancarlo. Hoy, Hoy, Hoy... hoy matarìa al cielo con mi pluma... hoy tomarìa un tren hacia la luna y te arroparìa mi ángel.. iluminame para no caer, acompañame... Ay mi negrito... ¿Còmo me dejaste asì.. tan llena de nada?¿Còmo me dejaste mi amor con las manos llenas de caricias que no voy a poder entregarte? Ay mi angelito... no encuentro respuesta, no encuentro màs làgrimas para derramar... Acercate en el viento, en la lluvia.. .no me dejes sola bebè...

martes, febrero 12, 2008

Relatos frente al mar. Parte III

Los àngeles se vistieron de prisa y del nido cayò una flor.
Despertò una rosa entre los sollozos y ahì te encuentro. Tan fràgil mi niño, tan tenue tu pecho... ¡Tan torpe este cielo que hace distante su sonrisa!.
Te acuno con mi llanto de màrtires y guerrillas... esta pena es màs profunda aùn: no existe un hèroe idealista a quien hecharle flores, solo estàs tù... mi negrito, peleando... luchando... naufragando en la desidia de la muerte. Conociendo el final, inevitable. Siendo parte del teatro de hoy donde no existe mañana, ni futuro ni pròxima funciòn.
Las copas de los àrboles rechinan, galopan entre las nubes y me acercan tus manos pequeñas hacia las mìas para rozar la eternidad.
Guardo tantos recuerdos en mi pecho que a veces siento que mi alma explotarà. No existe anestecia que adormezca este dolor, ni sombra que eluda este adiòs.
Mis pupilas no encuentran consuelo alguno... quisiera poder retenerte en mis brazos y arroparte hasta que desaparezca el mundo y su asquerosa injusticia. Que se acaben las tardes grises y las noches sin lunas, que se acaben las làgrimas por la muerte.


Es la muerte diaria de imaginarlo lejos.


Relatos frente al mar. Parte IV

Escrito el 8 de febrero - Pinamar - (Dìa de lluvia- garùan acordeones y arrabales - diluvian espinas que se clavan en mi piel.)

Cae la nocha colando sus sombras febrilmente entre los pinos pintados con òleos color siena. Todo parece calmo en las cercanìas al mar... un poco de distancia a la confusiòn, un poco de aire fresco al remordimiento de dejarlo ir.
Las gotas caen, una a una... formando pequeñas comunidades de exiliados. Exiliados de la pena, de la nube y del corazòn. Huyen del cielo, caen desesperadas, caen y se estrellan, caen y se pierden en el cèsped, caen... caen, caen y me traen tu rostro hacia mì. Ay mi negro, mi negro chiquito... como me hace doler el corazòn esta maldita realidad. Llevate mi alma contigo si haz de marcharte, llevate mi luz y hacela tuya... como me sangran los ojos luego de contemplarte... como me sangran los pies cuando me marcho.
Me arrodillo ante la muerte y le ruego por tu ser. Pequeño brote de vida, tan grande es la cruz que cargas... dejame llevarla contigo...
Ay mi negro... mi negro chiquito....

lunes, febrero 04, 2008

Màs allà de este rìo, la calma embiste a las bestias con sus propios colmillos.
Màs allà de esta luna, la furia yace sobre las rocas confundièndose con moho de estaciòn y fusionàndose con el rencor y la apatìa de quienes la sienten.
Màs allà de este cielo, las risas dejan de ser plàsticas, y el simple hecho de ver salir el sol es motivo de dichosa celebraciòn.
Existen lugares donde aùn se acostumbra a luchar, a pelear por el pan dìa a dìa, a aprovechar las oportunidades sin dejarse vencer por la desazòn.
Existe un sitio al que pronte llegarè... con mi mochila, mi cuaderno y mis pinceles... con mis òleos, mis costumbres y mis mariposas. Un sitio que anhelo con vehemencia y clara pasiòn.
Un extraño porvenir me espera, una sombra sin sentido llevo conmigo... como un fantasma arraigado a su pena.
Un extraño porvenir alimenta una dulce ilusiòn.
Una silueta desprolija le canta a mi silencio, a mi bella soledad... y acompaña sus coplas con una suave guitarra.
¿Què màs? Ha de ser un sueño la distancia y esta extraña necesidad de dejar todo atràs...
Amanecer entre el susurro de un pàjaro que canta a lo lejos y los besos de mi tierra que jamàs he de dejar.




viernes, febrero 01, 2008


Tan llena mi noche y a la vez tan vacìa; tantas estrellas la habitan y sin embargo, ninguna brilla con la intensidad necesaria para deslumbrar a estos ojos descreìdos. Tanto tiempo que se hace polvo cuando las piedras golpean la superficie del rìo... tantos besos que se marchitan sin poder ser.
Hay que aprender a frenar antes de caer al precipicio.
Se vienen tiempos difìciles. Dicen, que pronto el sol dejarà de salir... y un àngel distraìdo se llevarà un pimpollo pequeño. No hay retorno en ese camino... no existe remedio alguno a tanto espanto. Esa estrellita brillarà en mi cielo, brillarà como ninguna otra... y desde allì ha de cuidarme... como yo la he cuidado estos años. Y si el sol deja de salir... mi noche se volverà màs oscura aùn. (¿es posible?). Tal vez, en la oscuridad impenetrable de los desvarìos... pierda la voz, mi pluma, mi pincel... tal vez pierda mi musa inspiradora, y hasta quizà pierda las ganas de amar. No son vanas mis palabras...hay que aprender a frenar antes de caer al precipicio.
[Tomo un respiro... y doy lugar a un mate.]
- Encontrar una nueva manera de pararse en la vida -
Deshacerse de todo aquello que no puede hacernos feliz, basta de promesas inconclusas... ir a lo concreto. La ciudad se rìe en nuestras caras y un cuarto de hotel avienta sus sàbanas despolijas. No, ya no. No hay tiempo para amores sin porvernir... Esas sonrisas superfluas no encantan a mi alma... ya no existen caricias càlidas en los romances de pocas horas. Romances que solo ofrecer besos que no son màs que nùmeros... 1,2,3... que no ascienda la cuenta... ya no me produce placer.
[Otro mate amargo, ¿de dònde creen que sale la fuerza?]
Aprender a pelear sola - A hacerme fuerte con mis propias garras.
¿Duele el pecho? Lo lamento... hay que luchar sin usar a nadie de bastòn. Debemos aprender a pegar los pies a esta tierra y arraigarnos con firmeza... para resistir el viento, para resistir las olas de un mar furioso... para resistir la marea. Nadie va a estar a nuestro lado para siempre... y cuando desaparezca ¿què? ¿vamos a hecharnos a llorar?. No... hay que enfrentarse a la realidad valièndose de las armas propias. ¿Acaso el cielo nos va a salvar? ¡JA!.
Esa risa sarcàstica me ayuda a pensar que esta epopeya no es màs que una escena barata de tele-teatro... ¿Bueno, ya? De ser asì, la funciòn podrìa acabar... no empieza a gustarme esto de andar derramando làgrimas por los rincones.
Duele verte - duele verla - duele verlo -
Tres dolores de distinta ìndole. Una poesìa - una pintura - una caricia... Un trovador sonando de fondo y un apretòn de manos imaginario. Un mate - otro mate - otro màs... Otra canciòn que suena, siempre del mismo autor y unas ganas de arrancarme el corazòn que da calambres.
¿Y què màs?