jueves, diciembre 25, 2008

Mis tacos rechinan sobre el asfalto cansado de ser, vapuleado y pisoteado por la multitud.
El alba cayò sobre la ciudad, y me sorprende camino a casa, cabeza gacha y aùn con lágrimas en la cara.

Siento que volvì miles de minutos hacia atrás. Maldigo en silencio el momento en que te conocì... Quisiera poder arrancarte de mí, como suelo hacer... Quisiera quitarme tu nombre para no volver a escribirte, pero acá me ves... con mis palabras recurrentes una y otra vez... y te odio en silencio tambièn, porque no me dejás odiarte en voz alta, porque me encantaría matarte con mi pluma pero no puedo, porque sos más fuerte de lo que yo creìa, porque no puedo contra tu recuerdo y eso me mata. Me mata con dolor y sin palabras, me mata con el eco que hace tu risa sobre mi sien, me mata con el amor que te tengo y con el dolor que siento, me mata con todo lo que tiene a mano porque la muerte que nace de tu palma es la mas hermosa. Porque no puedo parar de llorar y no sé si es porque te vi, porque te abracè, o porque estoy viva.
Y no sè si deberìa callarme la boca, maniatarme y dejar de hacer un soliloquio desesperado de mi inconsciente pero no puedo parar de llorar, y no hay mate por más amargo que sea que logre detener esta lluvia de sentimientos reprimidos por tanto tiempo.
Y ahora me voy a dormir, con un nudo en la garganta más grande que el pacífico, con la maldita sensaciòn de insomnio y con más ganas de que el mundo se detenga y me permita bajar.

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