sábado, diciembre 27, 2008

A veces los hombres ponemos condiciones que el corazón no es capaz de soportar.
De palabra acepto las letras pequeñas del contrato, pero de solo pensarlo siento un nudo en el pecho. Volvì a perderme en ese eterno laberinto; volví a caer en la grieta que me hace semilla... me hace nacer, y morir, con la misma facilidad, al pie de estas letras...
Tal vez sea mejor, sentarme a un costado del camino y esperar, que con calma se vaya la marea.

No tengo ánimos de jugar con el recuerdo, quizá en esta partida deba ser espectador y no protagonista... para proteger lo que resta de corazón. Para proteger la ilusiòn y no malgastarla con malos tragos. Me sentaré junto a las margaritas a punto de florecer, y esperaré que la luna me venga a buscar. No es tiempo para mí... han de ser besos baratos los que hoy te consuelen, pero no mis labios.


Tal vez sea mejor, sentarme a un costado del camino y esperar, que con calma se vaya la marea.


¿Dar pelea?

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