domingo, septiembre 30, 2007

Cuando las voces de un pueblo logran unirse, transmiten una fuerza que mueve montañas. Y hoy, el pueblo argentino arraiga su conciencia a un pedido de Justicia que no puede más que declararse indispensable.
La muerte del docente Fuentealba es un puñal en el pecho de todos los que transitamos el camino de la educaciòn. “ A los maestros no se les pega ” decìa Mex Urtizberea en el diario La Nación, y luego acotaba “Lo sabe un chico de cuatro años, de salita celeste, que ni siquiera sabe hablar correctamente”, “Lo sabe un chico de seis años, que ni siquiera sabe escribir.” Y eso es lo que duele, que lo sepa un niño que recièn comienza a desplegar sus alas, y lo desconozca un gobernador como Sobisch que se supone, posee las capacidades para llevar adelante una provincia. Tambièn lo desconocían los policias que lo asesinaron aquel cinco de abril, y eso duele otra vez.
¿Serà entonces que con el paso del tiempo vamos perdiendo valores y conocimientos que nuestros padres nos inculcaron, como ser que a los docentes no se les pega? ¿Serà que el dinero, el trabajo y la avaricia empiezan a transformarnos en entes dispuestos a todo por acumular riquezas?. De ser asì, temo que el futuro que nos espera es tan triste como esta realidad; ni los vástagos crecerán entre las tinieblas de esta sociedad egoísta que no ve màs allà de los deseos personales y pronto, ni siquiera lloraremos... porque hasta las làgrimas estarán cotizadas.
Pero estamos a tiempo, y podemos revertir esta historia. Nosotros somos jóvenes y tenemos frescas las ideas y las ganas, entonces aprendamos a sentir que todos somos un mismo cuerpo, que si lastiman a la persona que tenemos al lado, también una herida surgirà en nuestra piel y sangrará a la par.
Que sea propio el vacío doloroso que sienten los estudiantes neuquinos cada mañana en el aula... alcemos nuestras voces para que se oigan en la sordera de los que nos quieren callar,y pidamos justicia Por Carlos, Por que en verdad, solo asì podremos cambiar esto.

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