viernes, septiembre 21, 2007

El agua que engalana mis rìos no es màs que la mìstica escondida de mi realidad;
las estrellas que se posan sobre este cielo se asemejan al brillo de aquellos ojos y yo, que tan indefensa me siento en esta selva de hipocrecìa, prefiero sentarme y reflexionar.
Cuando uno cree que los recuerdos ocultos no saldràn jamàs a la luz, sencillamente està pincelando una herida que no tardarà en resurgir.

Hoy el viento me susurra un nombre otra vez y tal vez sea en vano querer no escuchar. Al recuerdo le basta la dimensiòn de una grieta para volver a nacer...

Mis pies estàn descalzos sobre la tierra y sienten el calor de los hermanos; me siento y comienzo a cantar, esperando que la luna oiga mi canto y que el sol baile hasta que ardan los pies. Canto para que las sombras salgan de mì, para que los recuerdos exploten en el contacto divino... canto, ademàs, porque las letras me hablan de èl.. y canto porque aquel cantor, a su letra le dio un final feliz.

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