sábado, diciembre 30, 2006

Dormir entre el susurro del agua que cae, de la hierba pura que nace, del sol que asoma sus tenues rayos ...
cada gota es un manantial de riqueza espiritual, cada sonido... la llave a un nuevo paraíso
mis sentidos se dejan vencer por la suavidad de la brisa.
Creer en la dualidad del instante. Un tanto de realidad imaginaria, y otro tanto de imaginación real son la combinación perfecta para la satisfacción de las almas.
Mis pies descalzos abrazan tu verde suelo.. ¡ y no puedo evitar correr!, ¡ correr entre tus montes!, ¡ entre las flores que colorean tu paisaje!.
Comprender el lenguaje de los ríos, que de vez en vez me recitan una hermosa poesía al pie de una ladera. De repente me detengo a observar una hoja de sauce que decide navegar, y se aleja de la rama que le dio la vida para emprender vuelo a su libertad, y así confiada y apresurada se deja caer en el agua. Sigue el curso del río, sin saber cuál es su destino, simplemente... se aventura.
y en el pie de una montaña, escribir los más bonitos versos salidos del corazón de mi tierra. Aunque el que lo lea, no va a oir la brisa acariciándole el cabello, ni va a persivir el susurro del agua, ni va a sentir sus pies sobre aquel colchón verdoso, y sin embargo, Escribir para mantener viva el alma...

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